White.

Si hay alguien que se merece ser llamado amigo, ese eres tú. Sin duda mi mejor amigo. ¿Cómo empezó esto? Sin si quiera conocerte necesitaba tu opinión, así que comencé a hablar contigo, de alguna extraña forma acabamos descojonándonos, me hiciste un club de fans, y convertimos en costumbre las risas en nuestras conversaciones. ¿Cuántas noches enteras y parte de la mañana hemos compartido sin parar de descojonarnos? Y las payasadas, y filosofías de madrugada, clases de latín, multis, multis y más multis de todo tipo... ¿Qué hace falta poner el cuello y dejar que te muerda un vampiro para sacarme a mí de un lío de cojones? Tú lo haces.  De cualquier forma acabaremos despollándonos.

Pero no han sido solo risas, porque desde el principio confié en ti, y eres la única persona que jamás ha traicionado mi confianza. Un amigo, mi mejor amigo, con todas las letras. Eres esa persona que siempre ha estado cuando me ha hecho falta, incluso cuando creía que no, tú estabas. Incluso cuando ni yo mismo era capaz de aguantarme, tú lo hacías. Cuando quería mandar a tomar por culo a todo el mundo, tú estabas ahí. Cuando había que dar la cara por mí, tú lo has hecho. Cuando he estado hecho una mierda tú me has escuchado, me has aguantado, me has dado tu opinión y me has hecho sentir mejor.
Sabes que tú también puedes contar siempre conmigo, aún cuando lo que decidas me parezca la mayor mierda, yo apostaré contigo por esa mierda, y partiré las piernas a quien te haga daño, porque nadie se merece como tú ser feliz.

Si hay otra cosa más que tengo que agradecerte es que de aquella forma tan tonta metieras a Crazy en esa multi, que ambos supiéramos que podíamos confiar en ti para contarte lo que estaba pasando, que pude contar contigo cuando no tenía ni puta idea de qué hacer con mi vida, cuando me acojonaba estar pillándome de ese pequeño adorable, tú estabas ahí para apoyar mi decisión, fuera la que fuera. Estuviste cuando las cosas fueron mal, cuando estaba de los putos nervios para pedirle que se casara conmigo, y tú, solo tú podías ser quien nos casara. Y tú... tú tienes que ser ese padrino que le falta a nuestra pequeña. ¿Aceptas, no?

Y por supuesto, estás ahora a mi lado. Y sé que lo estarás siempre. Gracias, por lo pasado y por lo que queda por pasar, y no te acostumbres que sabes que las muestras de cariño no son lo mío. Me conoces bien. Sabes que si se trata de sexo, todo cojonudo, pero si hablamos de sentimientos, no me sale una puta palabra.
Sabes que me tienes para lo que quieras (excepto favores sexuales... Ya lo siento).
Que te quiero tío. Mucho.